Mientras mis pasos recorren los caminos de la vida, me doy cuenta que mi destino es un horizonte lleno de dificultades, sólo las hullas del tiempo detiene mi camino, tengo muchas ganas de escapar de aquí.
Quizás posea varios rostros, esta mañana me levante con el rostro de Gonzalo Esmelin Mera Vélez un niño de graciosa sonrisa, que tan solo con siete años de edad sufre de una discapacidad física en un 90% que no lo ha dejado crecer con normalidad, producto de la enfermedad llamada hidrocefalia.
Esmelin es el séptimo hijo de Gonzalo Mera Alvarado y de Ana Velez Vargas este niño es un regalo de DIOS comentan sus padres, aunque la vida es muy difícil para ellos, porque lo que gana su padre trabajando como empleado en una bananera no le alcanza para poder costear los gastos necesario que tiene su hogar, ellos viven en la ciudadela Almeida en una casa prestada y en las peores condiciones, porque le falta el techo y no tiene puertas esta vivienda. Esta humilde familia no recibe la ayuda del gobierno, el pequeño necesita de pañales, leches especiales, de medicamentos. Epamin en jarabe de 120ML.Le hace falta una silla especial para que lo puedan cargar además sufre de convulsiones, es necesario que este pequeño reciba la ayuda de alguna institución.
De verdad se puede llorar por dentro, al ver todo el sufrimiento que vive este angelito, no quería ser yo que borre esa sonrisa de los labios de sus otros hermanos. Al hacer rodar una lagrima de mis ojos, por eso llore por dentro.
Esmelin es uno de los tantos niños que son víctimas de la discriminación infantil por su discapacidad física, pero lo que no saben es que estos chiquillos son más capaces de crear un mundo diferente al que estamos viviendo y de seguro son más felices que nosotros mismos….
No sé si estoy fuera de la humanidad o justo en el centro de la vida, mi alma es una sombra, que no quiere levantarse de su largo sueño, creo que es hora de despertar, con todos mis rostros.
Mis huellas algún día seguirán mis pasos…. Porque yo soy más allá del futuro, un esclavo del minuto que se acerca, en el principio de mis ojos, el viento detiene mi camino.
ABEL SALAZAR.
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